miércoles, diciembre 27, 2006

All by myself



Recuerdo que hace dos años lloraba desconsoladamente en esta misma cama, mientras veía, como no, Amelie. Casualmente esa noche nevaba en Madrid. Pero yo estaba triste. Dos años más tarde me encuentro en el mismo sitio y busco en este pequeño cuarto qué ha fallado. Como a todos en la vida, pienso si me merezco yo algo así. En aquel momento, hubo una solitaria noche de domingo de enero que la luna me hizo un guiño. Y por un momento pensé que la alegría, las risas y el saco había vuelto a llenarse. Pero dos años más tarde estoy en la misma cara con las mismas lágrimas, castigando a mi portátil, mi testigo mudito de tantos avatares... y mi edredón de IKEA cansado de verme dar tantas vueltas con sus dos almohadones desbordados de tanto llorar...

... y así ha pasado el tiempo, con tantos momentos, tantas cosas por contar y tantos ires y venires en este coranzoncito pequeño y huracanado que llevo yo dentro y que tantos disgustos me da, o que le doy yo, pero que tanto quiero por ser como es: Fiel, único, leal, sincero, inquebrantable y luchador hasta el agotamiento. Así es él. Así ha sido durante este tiempo luchando contra molinos de vientos, batallando contra los fantasmas y jugando a cazar mariposas en los sueños y en nuestros ratos libres. Me busca las cosquillas y me mueve.

Pero esta noche nos hemos encontrado aquí. Los dos. Solitos. Me ha visto llorando y me ha preguntado. Y le he contestado que lloro porque no me gusta que sufra, que no quiero que le den disgustos. Se lo he dicho cabizbajo, porque tengo parte de culpa, pero qué le voy a hacer si ya no podemos más, si estamos cansados de tantas derrotas y esta noche hemos decidido atrincherarnos... escondidos sin que nadie nos vea, en silencio, a oscuras, esperando a seguir nuestro camino. Mientras le tengo aquí en mi regazo con la sensación del deber cumplido, acurrucado...

1 Comments:

At 11:27 a. m., Anonymous Anónimo said...

Esto es muy curioso, no te conozco pero me he enganchado a tu blog porque me siento muy identificado por la mayoría de cosas que te pasan. Muchas veces (como hoy) se me saltan las lágrimas al leer tus textos. Yo también necesito acurrucarme bajo el edredón para estar sólo con mi corazón, oyendo alguna canción que intente darle calma, serenidad... Entiendo perfectamente esa sensación de luchar hasta el agotamiento, sacando las fuerzas de algún recóndito lugar que ni tú mismo sabes dónde está. Gracias por compartirte, de verdad. Muchas gracias

 

Publicar un comentario

<< Home