miércoles, diciembre 27, 2006

Guerras de pasión


Recuerdo esta canción con cariño. Recuerdos siempre bonitos, ya sean tristes o alegres. Me alegra saber que muchas personas compartimos las mismas sensaciones, sentimientos, emociones ante las circunstancias de la vida. Que en el fondo no somos tan distintos, que tu historia es la mía y que seguramente reímos y lloramos por las mismas circunstancias con distintos escenarios, con otros protagonistas y hasta con otros compases. Y es que en el fondo no somos tan distintos. Somos complicados a la par que sencillos. Como el amor. Como esta historia. Porque es fácil que haya un feeling, una sintonía entre dos personas, pero y qué pasa cuando la melodía se queda a medias y tú sigues cantando o tocando o interpretando. Cómo terminas de componer. Eso es lo que realmente hiere y nunca cicatriza. El hoy sí, pero mañana no. En estas circunstancias sí, pero en las otras no. Cuando me interesa a mí, pero cuando te interese a ti, no. Sólo para lo bueno, pero no para lo malo. Mejor callado que con la boca abierta. Yo pongo mi frontera y no la atravieses. Tú no tienes fronteras, porque yo te las destruyo y te invado, te conquisto, te avasallo y te destruyo. Luego reconstruyes y es lo mismo otra vez. Eso es lo que hiere de nuevo. Otra vez. Hasta que un día encuentras la partitura correcta, los instrumentos necesarios para levantar la frontera infranqueable y dices no a las correspondencias a medias. Es entonces cuando habrás ganado la guerra... del amor.