domingo, diciembre 31, 2006

Esperando el tren


Aquí estoy en el andén de la estación de Nochevieja esperando el tren 2007. Un año más he sacado el billete casi sin darme cuenta. Con mis maletas vacías espero impaciente y melancólico a que entre en la estación y me abra sus puertas para subir tímidamente, sentarme y vivir este nuevo viaje. A este tren los pasajeros suben sin equipaje, porque recorre doce estaciones y en cada una de ellas, de sus paradas, se van cargando las maletas de experiencias, de personas, de emociones, de rescates y de vivencias, que al llegar al final de su recorrido un día como hoy se convierten en recuerdos o en el mejor de los casos en realidades. Sólo se permite subir al tren del Año Nuevo con esto en las maletas. El billete no asegura llegar a la última estación ni tan siquiera bajarse en las mismas condiciones, pero es la aventura a la que todos sus pasajeros se arriesgan rebosantes de alegría al lanzarse a sus asientos. Sin saber cómo ni por qué este tren mágico nos conducirá unas veces por dónde cada uno de nosotros, pasajeros, queramos, otras con recorridos obligados. Escucho ya el traqueteo de sus vagones, trac trac trac, acercándose a la estación. Nervioso me levanto, paseo, me siento. Sigo esperando. Quedan unas horas. Espero que nos encontremos si no en el andén, en el interior del tren. Comprobad si tenéis el billete. En el reverso pone "La felicidad de este Año Nuevo la tienes en tu mano". Feliz 2007 a todos.