miércoles, enero 10, 2007

Johnny cogió su fusil


Se estrena en Madrid la primera adaptación teatral de esta novela, la antibelicista por antonomasia del SXX. Algunos la recuerdan por su adaptación al cine de la mano de Dalton Trumbo, que en la cumbre de su carrera regaló al mundo este guiño a la muerte digna, la eutanasia. Pero no es lo más importante de esta gran obra, sino su canto a la libertad. Su personaje, Johnny, delira en un hospital entre los recuerdos de la guerra. Muerto en vida por las heridas provocadas en la I Guerra Mundial, se encuentra postrado en una cama, ciego y sordomudo y con todas sus extremidades amputadas. Siente este personaje y divaga en nombre de qué libertad acudió a batallar. Perdió la suya por no poder salvar la de los demás. Quién le devuelve su libertad ahora. ¿Tiene libertad? ¿Es libre? ¿Nos roban nuestra libertad? ¿Qué sucede cuando alguien secuestra nuestra libertad o la disfraza y camufla, la atenaza? Dejamos de ser nosotros mismos, perdemos nuestra capacidad de decisión, de pensamiento, de sentimiento. Sin nuestra libertad no somos nadie. Dejamos de ser nosotros. Hay muchas maneras de robar la libertad y hay muchos fusiles para matar la libertad y muchos Johnnies en las calles, en sus casas y en nuestras cabezas y corazones. ¿Cómo recuperas la libertad si ni te diste cuenta de que te la robaron? Si eres libre quizás vivas y si vives quizás sientas.

2 Comments:

At 7:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

La verdad te hará libre...

 
At 7:24 p. m., Blogger Marcos said...

También dicen que la libertad no hace felices a los hombres, solo los hace hombres. Gran frase de Azaña.

 

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