jueves, agosto 24, 2006

En el sueño de Morfeo

... Qué escribir en el post de hoy, me pregunto cuando abro el blog. Y, tengo que hacer una confesión, porque hoy me ha pasado algo que no me suele pasar. Y esto me ha puesto de muy mal humor a primera hora de la mañana. Me he dormido. El despertador de ese mi gran móvil, el Nokia 6280, que ya todos, todas, queridos y queridas lector@s, sabéis que me he comprado, ha sonado como siempre. Puntual a su cita matutina a las 06:15 me ha sacado de ese mundo de sueños en el que suelo callejear habitualmente. También cuando ando despierto por la vida.

Después de ese instante en que el despertador me ha susurrado a la oreja, porque si hay otra de las muchas manías que tengo es que odio los sonidos chachorros y estridentes para despertarme, Morfeo ha decidido encadenarme a otro sueño más. Y allí, en mi camita, bajo la atenta mira de Audrey Tatou, podría decir que las sábanas me han abducido. Yo no quería, pero no ha habido otra opción. Cuando la tentación es tan grande es mejor no resistirse. Ha sido imposible. Los dos almohadones han hecho presión adaptándose a mi cabeza y la sábana se ha enrrollado en mi cuerpo hasta hacerme perder el sentido.

Y, como decían en el Un, dos, tres, "hasta aquí puedo leer", más bien, contar. No recuerdo nada más. Solamente que Morfeo se ha portado, porque cuando he levantado las persianas de mis ojos pensaba que sólo habían pasado cinco minutos. Y, de repente, al meterme en la ducha, y convencido de que las agujas del reloj se hubieran dormido conmigo descubro que había pasado una hora. Las 07:15. Esto significa que a esa hora yo tenía que estar ya en el trabajo.

Qué habré soñado en esa hora que se me ha pasado como cinco minutos. No lo sé, pero seguro que algo agradable. Un guiño de Morfeo. Luego nada como llegar al trabajo y solventar ese lapsus mojándolo, una vez más, en un cola cao con churritos. Los churritos de esa Rafi.

No hay nada como vivir en el paraíso de las nubes. Algún día os invitaré a dar un paseo por las mías. Por mi mundo de nubes, sueños y "chicles pisados".